Una vivienda a estrenar se vende hasta un 60% más rápido que una a reformar, por lo que el período, desde que se inicia el proyecto, hasta la venta, nunca será mayor al de una vivienda sin reformar. Recuerda que, si no vendemos en el plazo pactado, perdemos nuestra inversión.

Aceptamos desde propiedades que necesiten una pequeña puesta a punto, hasta pisos con necesidad extrema de una reforma integral. El requerimiento mínimo es poder aumentar el valor de la propiedad un 10%.

Para realizar los estudios de precios antes y después de la reforma nos basamos en herramientas de Big Data e Inteligencia Artificial, con una precisión mucho más rigurosa que los valoradores tradicionales.

Necesitamos que la propiedad esté libre, si necesita una reforma importante; aunque, en casos concretos, se pueda hacer una intervención minoritaria con los propietarios viviendo en la misma.